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Visitar el Castillo de Cervera
El castillo de Cervera es, sin lugar a dudas, el monumento más emblemático del municipio. Se encuentra situado en la cima de un cerro y a sus pies, asentado de forma escalonada, encontramos la población de Cervera. La planta del castillo forma la figura de un polígono irregular que ocupa una superficie entorno a los 5000 m2. A pesar de que la fecha de su construcción no se sabe con exactitud, se cree que se sitúa entre el siglo X-XII, podemos asegurar que responde a una arquitectura medieval y que es de origen árabe. Históricamente se trataba de un recinto fortificado que tuvo una gran importancia en la región, convirtiéndose en la futura Bailía de Cervera que agrupaba los territorios de las diversas poblaciones cercanas. Ha sido declarado Bien de Interés Cultural y, a pesar de estar en ruinas actualmente, todavía quedan en pie numerosos restos de murallas y torres. Además de los restos de un aljibe, bóvedas de los antiguos hornos y el portal de entrada. Inicialmente, el castillo presentaba cuatro torreones, tres aljibes, dos capillas y los muros. La existencia del castillo de Cervera ha tenido una gran importancia a lo largo de todos estos años, siendo testigo de numerosos acontecimientos históricos en la zona. El castillo ya existía en 1145 cuando Ramón Berenguer IV prometió su donación a la Orden del Hospital. A lo largo de todo el siglo XIII el territorio controlado por el castillo de Cervera estuvo bajo el control de la Orden del Hospital; hasta que en 1319 la fortificación pasó a manos de la nueva Orden de Montesa. A partir del siglo XVI el castillo dejó de tener funcionalidad militar y administrativa y empezó a convertirse en una ruina, agravado por el intento de demolición de Felipe V, que no llegó a completar su objetivo. Fue entonces cuando el castillo de Cervera se abandonó completamente, dejándolo desaparecer poco a poco, hasta que en 1983 volvió a recobrar interés gracias a una excavación arqueológica a manos de l’Associació Cultural Amics del Castell. Desde ese instante, el Ayuntamiento de Cervera se ha preocupado por preservar los restos que quedan de la fortificación y llevar a cabo diversas restauraciones.
Visitar el Molí de l'Oli
A unos dos kilómetros de Cervera encontrarás el Molí de l’Oli, una construcción de finales del siglo XVI. El complejo se utilizó hasta los años veinte del siglo pasado para la elaboración de aceite de oliva. Perteneció al Sr. Manuel Segarra Sorlí hasta que fue donado en 1984 para que fuese restaurado y rehabilitado como museo etnológico. Si decides visitar el museo tendrás la oportunidad de conocer todo el procedimiento de elaboración de aceite de oliva como se hacía siglos atrás: terrazas para el secado de aceitunas, sala de trituración de las mismas, sala de prensas y sala de las tinajas donde se conservaba el preciado aceite. El conjunto arquitectónico está compuesto por dos edificios; la casa agrícola o torre, que consta de tres plantas, y el propio molino. En la sala de les Moles encontrarás dos piedras circulares que se encargaban de triturar las aceitunas que previamente se habían secado en las terrazas del inmueble. A continuación encontrarás la sala de les Premses donde podrás admirar una pieza básica para la obtención de aceite. Se trata de una prensa de madera que data de 1606 y que mide doce metros de largo, capaz de alcanzar una presión de 15.000 kg. Justo a su lado hay una réplica exacta de la misma, aunque elaborada en una sola pieza. Gracias a la presión ejercida sobre las aceitunas, se obtenía un líquido espeso que era depositado en la sala de les Gerres, obteniendo tras su reposo el preciado aceite. No dejes pasar la oportunidad de visitar este museo y conocer cómo se elaboraba aceite de oliva siglos atrás.