Curiosidades
Vida y muerte del último perfecto Cátaro
Gracias a la profusión de novelas sobre este tema en los últimos años, seguramente hayas oído hablar en alguna ocasión de la herejía Cátara. Un grupo religioso que cobró gran importancia en algunas zonas de Europa entre los siglos X y XIII y cuyas doctrinas fueron calificadas como heréticas por la Iglesia católica, que luchó por erradicarlas con instrumentos tan contundentes como la Santa Inquisición o las primeras cruzadas. Los Cátaros fueron perseguidos y exterminados por la iglesia en Francia, obligándoles a refugiarse en tierras de la Corona de Aragón, donde alguno señores feudales les ofrecieron protección.
Según parece, Guillem Belibaster, considerado el último Perfecto cátaro, pasó buena parte los últimos días de su vida en tierras de els Ports y el EscapaT, entre Morella y Sant Mateu, donde vinó a refugiarse de la persecución a la que eran sometidos los Cátaros en Francia y de un orden de captura que había sobre el por el asesinato de un pastor francés.
Al parecer fue en Morella donde conoció a unas familias de creyentes y durante un año aproximadamente fijo su residencia allí, trabajando al mismo tiempo que predicaba la doctrina Cátara. De Morella se trasladó a Sant Mateu donde al llegar buscó refugiados occitanos y se dio a conocer como un perfecto cátaro llamado Guillem Belibaste aunque para confundir a la Inquisición debían llamarle Pierre Penchenier.
Según parece, en Sant Mateu existía una numerosa colonia cátara que se reunía perodicamente en casa de Guillermeta, situada en la calle que, por aquel entonces, se llamaba calle dels Llauradors y se encontraba dentro del recinto amurallado, seguramente tocando a la muralla.

Durante su estancia en Sant Mateu, Belibaste conoció a una mujer con la que, contraviniendo todos los preceptos de la doctrina Cátara que predicaba, mantuvo relaciones carnales y a la que acabaría dejando embarazada. Por este motivo y para evitar que se descubriera su pecado se vio obligado a casar a la mujer con un amigo suyo y atribuirle a él la paternidad.
En 1321, Belibaste fue capturado gracias al engaño de un agente infiltrado del obispo Fournier, el inquisidor de Pamiers. Tras varios años infiltrado en la comunidad Cátara de Sant Mateu, este agente se ganó la confianza de Belibasté sacándole de su escondite para llevarlo cerca de la frontera con Francia donde un pelotón armado lo detuvo para ser juzgado por la Santa Inquisición para ser posteriormente quemado en el castillo de Villerouge-Termenès.
Y este fue el fin del último Cátaro conocido.